Tratamiento de Fobias en Chamberí

El miedo a hablar en público supone una dificultad para realizar exposiciones (presentaciones, conferencias, reuniones, presentaciones en grupo, etc) ante un auditorio o grupo de personas, dado que la persona se siente vulnerable, expuesta, juzgada, o avergonzada. Las personas con miedo a hablar en público tratan de evitar estas situaciones o las afrontan con malestar, por ejemplo tratando de controlar el entorno, prestando demasiada atención a sus síntomas de ansiedad, y con dificultad para calmarse durante las exposiciones. 

Se trata del temor o ansiedad excesivos e irracionales ante la presencia de animales que no son realmente peligrosos como los perros, las arañas, o las serpientes; o incluso cuando se piensa o imagina en esos animales; de los que las personas tratan de escapar, evitando entornos donde se los pueden encontrar, o permanecen en la situación pero experimentando terror. 

Se trata del temor o ansiedad excesivos e irracionales a los viajes en avión. Las personas con fobia a volar tratan de evitar volar, y si lo hacen, tratan de controlar situaciones que les hacen sentir más seguros (como vigilar las salidas, estar pendiente del personal de cabina, adoptar una postura concreta durante el vuelo); pero que no se relacionan directamente con el riesgo de tener un accidente; dado que realmente no se puede controlar. Esta situación está asociado al miedo a morir, miedo a morir en un accidente, o a que les pase algo durante el vuelo y no puedan ser atendidos. 

Se trata del temor o ansiedad excesivos al conducir un vehículo, asociado al miedo a tener un accidente, a perder el control en carretera, o a sufrir un desmayo. Las personas con fobia a conducir experimentan pánico cuando están conduciendo y una serie de síntomas de ansiedad que dificulta la conducción; o bien evitan conducir. 

Se trata del temor o ansiedad excesivos o irracionales a ver sangre o al pinchazo de una aguja, que suele estar acompañado de la idea de desmayarse o perder el conocimiento. Estas personas evitan revisiones médicas o suelen afrontarlas con mucha ansiedad. 

Se trata del temor y ansiedad excesivos e irracionales a permanecer en espacios cerrados, donde la persona experimenta una sensación de estar en una cárcel con falta de aire. 

Se trata del temor o ansiedad excesivo e irracional a encontrarse en lugares o situaciones donde escapar puede resultar difícil o embarazoso, y experimentan ataques de pánico cuando se encuentran fuera de casa. Las personas con agorafobia tienden a permanecer tiempo en casa y sentir ansiedad intensa cuando están solos fuera de casa por la idea de que pueden sufrir un ataque de pánico, o que les puede pasar algo malo y no van a poder ser ayudados. Por tanto, experimentan la vida fuera de casa como algo peligrosa y suelen buscar personas de confianza que les acompañen, pero esto impide que se enfrenten autónomamente a su dificultad y que aprendan a lidiar con esa ansiedad y ganar autonomía. 

Las fobias se mantienen porque los esfuerzos que realiza la persona para evitar la situación temida impiden afrontarla y poder experimentar que el peligro temido (miedo a morir, miedo a las burlas, miedo a tener un accidente, miedo a que el avión se rompa, etc) no se cumple. Además, las personas con fobia suelen tratar de distraerse de la situación temida, lo que a corto plazo supone un alivio pero a largo plazo mantiene la ansiedad; porque no permite experimentar dicha ansiedad hasta que esta llega al punto de inflexión donde el propio organismo comienza a desactivarse. Esta idea se basa en el principio de regulación conocido como homeostasis, que es la tendencia de nuestro organismo hacia el equilibrio, de manera que un pico muy fuerte de ansiedad irá seguido de calma y estabilidad cuando el peligro desaparece, pero si no se llega a ese pico, difícilmente se ponen en marcha los mecanismos de estabilización.